Lo que mi familia me enseñó es un pequeño homenaje para todos aquellos que me han hecho ser la persona que soy.
En mi post anterior dejé muy clara la importancia de tener una visión de futuro, no sólo para nuestras finanzas personales sino para nuestra vida. De nada nos sirve tener y dominar todas las herramientas – nuestras finanzas personales – si no sabemos qué es lo que queremos construir.
Lo Que Mi Familia Me Enseñó
Tengo la gran fortuna de haber nacido en una familia muy especial, formada por personas de ideas y orígenes diversos, pero todas con ideas, convicciones firmes y una visión no sólo de su propia vida, sino del mundo. Raíces que han sido fundamentales en mi formación y que tienen una importancia tal, que quiero compartir con todos ustedes. Esto es lo que mi familia me enseñó:
Construir un lugar más justo
Mi abita me contaba cómo su padre luchaba todos los días por un ideal de igualdad de derechos y por lograr condiciones de vida dignas no sólo para su familia sino para su gremio. Fue uno de los fundadores del sindicalismo y un ideólogo de la lucha política.
Esas ideas – decía la abita – no eran anhelos huecos de una vida mejor. Estaban construidas sobre bases firmes. Mi abita me enseñó que su padre era aficionado a la lectura, no sólo de literatura clásica (que está llena de historias de vida): también leía sobre historia y filosofía universal. Era un gran autodidacta: así lo describía. De alguna manera ella también lo fue.
El trabajo de mi bisabuelo, como de tantos otros, fueron fundamentales para la construcción del régimen republicano en España.
Derechos humanos y poesía
Mi abuela Bertha era una abogada extremadamente culta y fiel a sus principios. Fue quien me enseñó que al final, eso es todo lo que uno tiene: sus principios. Vale la pena luchar por ellos – me decía – vale la pena dar la vida con ellos, insistía. Eso lo entendí mucho después.
Siempre que ella hablaba lo hacía con gran pasión y firme convicción: desde la poesía de José Martí hasta los derechos que, aún desde el exilio, siempre defendió.
Mi amigo más fiel
Mi api – el abuelo – me enseñó que sobre todas las cosas, uno debe ser fiel con uno mismo y su propia concepción del mundo. Para él este era el principio de la generosidad, de la misma forma como para Erich Fromm para dar amor primero tenemos que amar lo que somos.
El concepto de ser siempre fiel a uno mismo parece sencillo pero no lo es: se requiere fortaleza de carácter y nobleza a prueba de todo (inclusive de nosotros mismos). Se requiere tener el alma entera.
Hombre de ciencias y artes: matemático, cellista, historiador y literato. Una extraña combinación de sensibilidad y fortaleza. Mi amigo más fiel, mi compañero de reflexión, mi maestro. Mi gran inspiración.
La filosofía en el Béisbol
Mi abuelo Juan – exiliado de dos tierras – era una persona con una visión muy distinta. Me enseñó muchas cosas – temas de filosofía y de manera de ver la vida – a través de su gran pasión: el Béisbol. A veces me gustaba mucho escucharlo de hablar del deporte y de los conceptos que trasladaba a la política y economía, siempre con una visión social. Un complemento esencial que también marcó una parte de mi vida.
El significado de todo
Mis padres fueron consecuencia de la visión de futuro que cada uno de mis abuelos tenía, y forjaron la suya propia. De cunas e historias muy diferentes, mi madre y mi padre ven la vida de manera distinta. Pero siempre con una visión en común: para ellos sus hijos, su familia, lo es todo. Y ambos han dedicado su vida a nosotros, lo cual nunca terminaré de agradecer.
Mi familia me enseñó que la vida no tiene más significado que el que nosotros le damos. Para construir primero tenemos que saber qué es lo que queremos crear.
Gracias a todos ellos no sólo soy la persona que soy, sino la que quiero llegar a ser.
Muy buen post Joan, abrirse no es fácil, gracias por compartirlo. Siento que cada uno de nosotros va creando ideas y formas de ver las cosas de alguna forma «heredada» ya que nuestra familia influye de forma definitiva. Qué mejor cuando esto es de forma positiva como en tu caso. ¡Un saludo y que continúe tu gran trabajo!