Cuando le pido a las personas que hagan una lista con los cinco valores que consideran más importantes, casi todas mencionan el valor de la libertad. De ahí que el concepto de libertad financiera represente un objetivo fundamental para muchas personas.
A primera vista, esto haría suponer que la libertad financiera es algo en lo que la gente trabaja día a día, ya que a la vez es uno de sus mayores anhelos. Sin embargo, lamentablemente no es así. Muchas personas, en realidad, lo ven como una ilusión, como algo que muy pocos privilegiados son capaces de logran en la vida.
Libertad Financiera
Pero, ¿qué es la libertad sino la capacidad de decidir? Nótese que la palabra capacidad está resaltada, ya que es la parte más importante de la definición.
¿Qué es la capacidad? En este ámbito, capacidad significa muchas cosas: significa estar en condiciones de medir las consecuencias de nuestras decisiones, tanto a nivel personal como en el ámbito social del individuo; significa también estar en posibilidad de aceptar nuestras limitaciones como ser humano. Significa ser creativos, poder crear sinergias, poder llevar nuestras decisiones a un ámbito en el cual no sólo nos satisfagan como individuos sino más allá de nosotros mismos: en la sociedad. Significa no sólo poder alcanzar la felicidad, sino también distinguirla.
Pero capacidad también significa tener los medios para poder decidir. Y en el mundo real, estos medios se llaman recursos económicos. Y el contar con ellos, es lo que llamamos libertad financiera.
Muy poca gente en este mundo nace, desde luego, con libertad financiera. Con recursos que sus padres o antecesores han ido forjando a través de los años. Todos los demás tenemos que comenzar a construirla poco a poco, y la forma de hacerlo es a través de la planeación financiera personal.
En la vida tenemos distintas prioridades, las cuales van cambiando. Además: libertad financiera implica, como ya dijimos, capacidad de decisión.
Entonces, lo primero que tenemos que hacer es elegir qué metas son las más importantes para nosotros, y elaborar un plan financiero personal – un mapa, que nos permita alcanzarlas. Esto implica no sólo elegir ahorrar – contribuir periódicamente hacia cada una de esas metas – sino también elegir un portafolio de inversión que esté de acuerdo al horizonte de las mismas (¿en cuánto tiempo?) y nuestra tolerancia personal al riesgo. Es la única manera de alcanzar la libertad financiera.
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