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Este post está escrito por Amparo Urbina, ama de casa, mamá de tiempo completo y mi lectora número 1. Nos regala esta gran reflexión acerca de la educación, la familia y las finanzas personales.
Como mamá siempre se me ha hecho muy difícil decirle a mi hija, que no le compro algo que me pida, cuando salimos de compras. Pero aún así trato de hacerlo de vez en vez. Y el otro día viendo un programa en el canal 11 titulado “Escuela para Padres” me dieron varias ideas que me parecieron interesante de llevar a la práctica diaria.
Mencionaron que hablar con los miembros más pequeños de la familia con tecnicismos sobre el dinero, para ellos no es tangible. El ejemplo que pusieron fué la clásica pregunta de un niño:
«Papi, cómo que no tienes dinero, ve al cajero para sacarlo de ahí”
Si no nos tomamos la molestia de explicarles que “el cajero electrónico NO regala dinero” nos será muy difícil fijar metas con ellos en cuanto al valor del dinero.
Y de ahí se deriva la siguiente complicación: la tecnología perjudica o entorpece esto, al virtualizar el dinero también, en forma de tarjeta de crédito o débito; por lo que es difícil materializar el efectivo al remunerar algunas de las labores de la casa por las que previamente como pareja hallan contemplado como dignos de ser remuneradas.
Educación Financiera y Congruencia
La materialización del efectivo se ha perdido, en mayor parte debido a los contínuos procesos inflacionarios que desde los años 70’s hasta hace aproximadamente 10 años azotaron a nuestro país.
Platicando con nuestros abuelos podemos darnos perfectamente cuenta que en los años 50’s el país era estable a tal grado que se podía ahorrar por meses, a veces hasta años, para juntar el valor de bien deseado y así pagarlo en su totalidad, sin quedar con deudas al comprarlo y si nos damos cuenta hoy en día manejamos el concepto opuesto al ejemplo recién descrito.
El último intento de fomentar el Ahorro en la infancia a nivel nacional, se dió en los años 70’s al dar en las escuelas las plantillas de los Bonos del Ahorro Nacional, esfuerzo que se dejó perder en el tiempo y el olvido.
El efectivo no es un recurso renovable. Pero el dinero genera dinero. Como padres debemos ser congruentes en cuanto a nuestra educación y nuestro ejemplo hacia nuestros hijos.
Es decir, debemos “predicar con el ejemplo”. Si yo le digo a mi hijo que ahorrando va a poder manejar mejor su vida futura al tener un patrimonio propio con el cual puede contar y disponer de éste de una manera moderada y adecuada; no sería muy consistente el mensaje si yo en cambio todo el tiempo me estoy preocupando o molestando debido a problemas monetarios. Ellos no verán mucho en mi ejemplo.
O si les digo que siendo constantes se logra un mayor patrimonio, sin tantos sacrificios. Y yo como padre contrapongo esto con el acto de no darles sus mesadas o domingos, de manera continua y completa me estoy contradiciendo.
No debemos olvidar que todo el stress que nosotros sentimos, lo transmitimos a nuestra familia y de manera mas profunda e indeleble a los hijos.
Nunca se nos debería de olvidar que “el dinero es un medio para alcanzar un fin”. Pero no es el fin mismo. Ahí también se aplica la Congruencia.
Podemos en alguna ocasión llevar el ingreso en efectivo a la casa, sentarnos con la familia y dividir el dinero con ayuda de todos y colocarlo en sobres previamente membretados con cada uno de nuestros gastos en el hogar, a pagar en el mes. Para que así, de manera tangible, nuestros hijos vean como se debe de dividir nuestro ingreso y que éste a su vez sirve para el pago de todas las cosas y servicios que consumimos, y así se involucren con más compromiso en la optimización de los recursos de la familia y un futuro de los de ellos mismos. De esta forma, de una manera mas amigable, los enseñamos a adquirir la responsabilidad que se debe de tener para alcanzar la madurez e independencia que todos los padres deseamos que tengan nuestros hijos, porque al fin y al cabo sólo los tenemos prestados.
Como muchas veces hemos leído en este Blog, hay que tener un apartado para disfrutar tú y tu familia. Predica con el ejemplo y sé congruente en tus actos. Date y da felicidad a los seres por lo cuales tan duramente trabajas.
¡Felices Fiestas a todos y Próspero Nuevo Año!
Educación Financiera con Congruencia – Un post escrito por Amparo Urbina de Lanzagorta
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