Desde hace varias semanas, las bolsas de valores en el mundo han experimentado una volatilidad muy importante. Hemos visto cómo un día baja 4% y al día siguiente sube 3%. Hasta dan ganas de decirle a los inversionistas que se pongan de acuerdo.
Lo que pasa es que un día hay un indicador muy negativo y al día siguiente sale otro que es muy alentador. Y por eso los precios de las acciones se han movido así: un día las expectativas son malas y al día siguiente se componen.
Sin embargo, no podemos negar que a pesar de esta volatilidad, la tendencia de los mercados ha sido negativa. Y en los últimos días la tendencia se ha acentuado, generando rompimientos importantes a la baja que podrían proyectar aún más los precios.
Esto no es gratuito: en Europa por un lado, algunos países como Grecia (y otros como Italia, España y Portugal) están demasiado endeudados. Existe el riesgo inminente de que Grecia se declare en moratoria, al no poder hacer frente a los pagos de intereses. Y eso sería catastrófico para la economía de la región, principalmente porque bancos franceses y alemanes tienen una posición importante en bonos de ese país. De declararse en moratoria, el valor de esos bonos se esfumará y esto podría acarrearles problemas de capital.
Por otro lado, en Estados Unidos la economía tampoco ha crecido. Se mantiene estancada. Y lo peor es que no se nota una recuperación en el empleo, lo cual es una señal muy desfavorable hacia el futuro y una fuente de preocupación. Si la gente no tiene trabajo, simplemente no puede comprar. Y quien lo tiene, prefiere ser conservador a la hora de gastar.
Pero lo que realmente es preocupante (y por eso las bajas considerables de los últimos días) es que ni en Europa ni en Estados Unidos se ha visto que los gobiernos o los líderes de organismos económicos (como el FMI o la FED) anuncien decisiones importantes o firmes, que se consideren «de fondo». Que ataquen al problema de frente y por lo menos contengan la caída. Se ha visto una falta de decisión importante, como si el problema no fuera grave.
Y esta falta de decisión genera la percepción de un mayor riesgo, lo cual a su vez detona la volatilidad tan fuerte que hemos estado viviendo.
Ahora bien: si tenemos inversiones en bolsa ¿Qué hacer en estos momentos?
Lo primero es: que no cunda el pánico. Debemos recordar que cuando hay un incendio o terremoto, lo primero que se nos recomienda es mantener la calma, ya que de esta forma pensamos con mucha mayor claridad. Además, el pánico no es una estrategia de inversión efectiva de largo plazo. Es cierto que cuando el mercado baja demasiado en pocos días, es difícil mantener la cabeza fría. Pero no nos debemos precipitar, sino revisar cuál es nuestra estrategia de inversión de largo plazo. El peor error que uno puede cometer es vender sus acciones a precios de regalo. Por el contrario, los mercados suelen recuperarse, por lo que si uno cuenta con algún excedente de recursos, la volatilidad actual puede representar una excelente oportunidad de incrementar posiciones o bien de invertir selectivamente en alguna empresa cuya acción se encuentre a precio de ganga.
En el siguiente post hablaremos quizá de la lección sobre inversiones más importante que se puede aprender. Y tiene que ver precisamente con esto.
Tristemente mientras no se resuelva en tema de la crisis crediticia (y no solo en Europa, EE UU está aún más endeudado) y del déficit fiscal va a ser difícil que vuelva la calma a los mercados… El FMI y otras fuentes ya hablan de que una segunda recesión es inminente.
Sin embargo, en lo personal considero que, tomando en cuenta que el próximo año es electoral para muchos de los países del G20, los propios gobiernos soltarán recursos para dar un clima de tranquilidad y poder ganar así votos para los candidatos de sus partidos. Mas allá de si la estratagema es honesta o no, el problema vendría cuando los flamantes presidentes electos ocupen la silla y se vean sin dinero en la caja chica.
En momentos como éstos, donde es difícil una salida clara en los próximos 18 a 24 meses cuando menos, yo diría que si no tienes experiencia y una estrategia probada, es mejor ser prudentes. Hay otros instrumentos también interesantes en los que puede invertirse.
Un saludo a Joan desde el Mayab 😉
suena coherente lo que comentas, pero en que otro tipo de instrumentos existen?